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Path to Citizenship in New Democratic Immigration Bill

Proyecto migratorio demócrata incluye ruta a la naturalización

WASHINGTON (AP) — President Joe Biden and congressional Democrats proposed a major immigration overhaul on Thursday, February 18, that would offer an eight-year pathway to citizenship to the estimated 11 million people living in the U.S. illegally.
The legislation reflects the broad priorities for immigration changes that Biden laid out on his first day in office, including an increase in visas, more money to process asylum applications and new technology at the southern border.
It would be a sharp reversal of Trump administration policies, and parts are likely to face opposition from a number of Republicans. Biden has acknowledged he might accept a more-piecemeal approach if separate major elements could be approved.
“We have an economic and moral imperative to pass big, bold and inclusive immigration reform,” said New Jersey Democratic Sen. Bob Menendez, one of the lead sponsors of the bill, in unveiling it Thursday.
Menendez said Democrats have failed in the past because they have too quickly given in “to fringe voices who have refused to accept the humanity and contributions of immigrants to our country and dismiss everything, no matter how significant it is in terms of the national security, as amnesty.”
Separately, enforcement guidelines released Thursday by the new administration would target immigration enforcement more directly at people in the country illegally who pose a threat. That, too, would be a reversal from the broader targeting policy of Immigration and Customs Enforcement under Trump.
The major immigration overhaul legislation would offer one of the fastest pathways to citizenship of any proposed measure in recent years, but it would do so without offering any enhanced border security, which past immigration negotiations have used as a way to win Republican votes. Without enhanced security, it faces tough odds in a closely divided Congress.
Menendez said he had been speaking to Republican colleagues in an effort toward “putting the pieces of a puzzle together” on a bill that would receive enough votes to pass. He acknowledged the final product is likely to change significantly. But he also suggested that elements of the proposal could be included through a parliamentary maneuver in a budget bill that would only require 51 votes.
The bill Democrats introduced Thursday would immediately provide green cards to farm workers, immigrants with temporary protected status and young people who arrived in the U.S. illegally as children. For others living in the U.S. as of Jan. 1, 2021, the plan establishes a five-year path to temporary legal status. If they pass background checks, pay taxes and fulfill other basic requirements, then, after three years, they can pursue citizenship.
The plan also would raise the current per-country caps for family and employment-based immigrant visas. It would eliminate the penalty barring those immigrants who live in the U.S. without authorization and who then leave the country from returning for three to 10 years. It also would provide resources for more judges, support staff and technology to address the backlog in processing asylum seekers.
The bill would expand transnational anti-drug task forces in Central America and enhance technology at the border. And it would set up refugee processing in Central America, to try to prevent some of the immigrant caravans that have overwhelmed border security in recent years.
The plan includes $4 billion spread over four years to try to boost economic development and tackle corruption in Latin American countries, to lessen pressure for migration to the U.S.
Democratic lawmakers, including lead sponsors California Rep. Linda Sanchez and Menendez, held a virtual press conference Thursday to unveil the bill.
“Our border policy is broken, period,” Sanchez said. “But this bill employs a multipronged approach that will manage the border, address the root causes of migration, crack down on bad actors and create safe and legal channels for those who are seeking protection.”
Comprehensive immigration legislation has struggled to gain traction in Congress for decades.
Menendez was part of the bipartisan Gang of Eight senators who negotiated a 2013 bill that ultimately collapsed. Prior to that, a bill backed by President George W. Bush failed in Congress as well, after multiple attempts at compromise.
Republican immigration hardliners were already panning the bill Thursday. Rep. Jim Jordan of Ohio, the ranking member of the House Judiciary Committee, charged in a statement that the bill “rewards those who broke the law” and “floods the labor market at a time when millions of Americans are out of work.”
Sanchez noted that “Congress has tried and failed in the past, and we aren’t naive about the challenges that we face.” But she contended that “there is a broad coalition that wants to deliver on real reform.”

ESPAÑOL:

WASHINGTON (AP) — El presidente Joe Biden y los demócratas en el Congreso propusieron el jueves, 18 de febrero, una amplia reforma migratoria que ofrecería una ruta de ocho años para naturalizarse a unos 11 millones de personas que viven sin permiso en Estados Unidos.
La iniciativa de ley refleja las prioridades generales para la reforma migratoria que Biden estableció en su primer día en el cargo, incluyendo un incremento en el número de visas, más dinero para procesar las solicitudes de asilo y nueva tecnología en la frontera con México.
Sería un cambio radical con respecto a las políticas del gobierno del expresidente Donald Trump, y algunas partes probablemente enfrenten la oposición de varios republicanos. Biden ha reconocido que podría aceptar un enfoque más fragmentado si es que se logra conseguir la aprobación de elementos importantes por separado.
“Tenemos el imperativo económico y moral de aprobar una reforma de inmigración amplia, audaz e incluyente”, dijo el senador demócrata Bob Menéndez, uno de los principales impulsores del proyecto de ley, al presentarlo el jueves.
Menéndez dijo que los demócratas han fracasado en el pasado porque han cedido muy rápido a las “voces marginales que se han rehusado a reconocer la humanidad y las contribuciones que han hecho los inmigrantes a nuestro país, y descartan todo, sin importar cuán significativo sea en función de la seguridad nacional, considerándolo una amnistía”.
Por otra parte, las directrices de vigilancia que el nuevo gobierno difundió el jueves centrarán más directamente la acción de las autoridades de inmigración en las personas que representan un peligro y se encuentran sin permiso en el país. Este punto también constituye un cambio radical a la política de detener a los inmigrantes no autorizados en general aplicada por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) durante el gobierno de Trump.
La amplia reforma migratoria ofrecería una de las vías más rápidas hacia la naturalización de cualquiera de las propuestas de los últimos años, pero lo haría sin ofrecer mejoras a la seguridad fronteriza, un tema que en negociaciones anteriores sobre inmigración ha sido utilizado para captar votos republicanos. Sin una mejor seguridad fronteriza, el proyecto enfrenta fuertes dificultades en un Congreso altamente dividido.
Menéndez dijo que ha estado conversando con sus colegas republicanos en un intento por “armar las piezas de un rompecabezas” en torno a una iniciativa de ley que recibiera votos suficientes para su aprobación. Reconoció que probablemente el resultado final cambie significativamente. Pero también dejó entrever que algunos elementos de la propuesta podrían ser incluidos, mediante una maniobra parlamentaria, en una iniciativa presupuestaria que sólo necesitaría 51 votos.
El proyecto de ley que los demócratas presentaron el jueves proporcionaría inmediatamente tarjetas de residencia permanente (conocidas como “Green Cards”) a los jornaleros agrícolas, a quienes recibieron estatus de protección temporal y a los jóvenes que llegaron a Estados Unidos sin permiso cuando eran niños. Para otras personas que han estado viviendo en el país hasta el 1 de enero del 2021, el plan establece un camino de cinco años para que puedan obtener el estatus legal temporal. Si aprueban las verificaciones de antecedentes, pagan impuestos y cumplen con otros requisitos básicos, entonces pueden solicitar la naturalización después de tres años más.
El plan también incrementaría los actuales límites por país a las visas de inmigración por motivos familiares y laborales. Eliminaría la sanción que prohíbe regresar a Estados Unidos durante tres a 10 años a esos inmigrantes que estaban sin permiso en el país y deciden salir de él. También prevé recursos para un número mayor de jueces, personal de apoyo y tecnología a fin de subsanar el rezago acumulado en el procesamiento de las solicitudes de asilo.
El proyecto de ley ampliaría las fuerzas antinarcóticos transnacionales en América Central y mejoraría la tecnología en la frontera. Además, instauraría el procesamiento de refugiados en Centroamérica, en un intento por impedir la formación de caravanas de migrantes que han abrumado la seguridad fronteriza en los últimos años.
El plan contempla 4.000 millones de dólares repartidos en cuatro años con la idea de incrementar el desarrollo económico y combatir la corrupción en América Latina a fin de reducir las circunstancias que propician la migración hacia Estados Unidos.
Los legisladores demócratas, incluidos los principales impulsores de la medida —la representante Linda Sánchez y Menéndez–, convocaron a una conferencia de prensa virtual el jueves para develar la iniciativa.
“Nuestra política fronteriza está descompuesta, punto”, declaró Sánchez. “Pero esta iniciativa emplea un enfoque múltiple que permitirá controlar la frontera, abordar las causas de raíz de la migración, combatir a los malos actores y crear canales seguros y legales para los que están buscando protección”.
Durante décadas toda propuesta amplia de inmigración se ha topado con dificultades en el Congreso.
Menéndez formó parte del Grupo de Ocho senadores bipartidistas que negociaron un proyecto de ley en el 2013 que fracasó. Antes de eso, una iniciativa apoyada por el presidente George W. Bush también sucumbió en el Congreso después de varios intentos por alcanzar un acuerdo.
Los legisladores republicanos partidarios de restringir la inmigración censuraron el jueves la iniciativa. El representante Jim Jordan, el miembro de mayor rango en la Comisión de Asuntos Jurídicos de la Cámara de Representantes, afirmó en un comunicado que la medida “recompensa a quienes infringieron la ley” e “inunda el mercado laboral en momentos en que millones de estadounidenses se encuentran sin trabajo”.
“La propuesta radical del presidente Biden no tiene posibilidades de éxito y el Congreso debería rechazarla”, agregó.
Sánchez subrayó que el “Congreso intentó y fracasó en el pasado, y no somos ilusos respecto a las dificultades que enfrentamos”. Sin embargo, afirmó que “existe una coalición amplia que desea concretar una verdadera reforma”.

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