Menos del 10 % de los inmigrantes detenidos por el ICE desde octubre pasado tenían condenas penales severas
(LPL) – El gobierno del presidente Donald Trump ha intensificado las redadas migratorias y ha promovido un discurso en

(LPL) – El gobierno del presidente Donald Trump ha intensificado las redadas migratorias y ha promovido un discurso en el que presenta a los inmigrantes detenidos como criminales peligrosos, responsables de delitos como asesinato, agresión y violación. Sin embargo, documentos internos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), obtenidos por CNN, revelan que esa narrativa es engañosa. Según los datos revisados, menos del 10 % de los inmigrantes ingresados a custodia del ICE desde octubre han sido condenados por delitos graves. En contraste, más del 75 % solo tenía antecedentes menores relacionados con infracciones de tránsito o violaciones inmigratorias.
En total, más de 185,000 personas han sido detenidas por el ICE o por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) durante los últimos meses del gobierno de Biden y los primeros del nuevo mandato de Trump. Aunque públicamente se resaltan casos de individuos con delitos violentos, la mayoría de los detenidos no representa un riesgo criminal significativo. Activistas y abogados afirman que muchas personas detenidas son trabajadores o residentes de largo plazo sin antecedentes penales, arrestados durante controles de tránsito o en citas de rutina con inmigración.
Funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) han defendido las acciones, afirmando que ICE se enfoca en “lo peor de lo peor”, pero han evitado detallar la naturaleza de los cargos o condenas. Mientras tanto, informes internos muestran que cerca de 12,700 personas fueron detenidas este año por infracciones de tránsito como su delito más grave, y unas 40,000 tienen cargos pendientes sin especificación clara.
Grupos como la ACLU del sur de California y Americans for Immigrant Justice denuncian que el gobierno está difundiendo una imagen distorsionada del inmigrante como amenaza, lo cual consideran peligroso en un país construido sobre la migración. La directora de la ACLU en Los Ángeles citó ejemplos de personas detenidas sin antecedentes, como una madre con 26 años en el país y un padre con tres hijos ciudadanos.
Incluso legisladores republicanos han expresado preocupación, exigiendo mayor transparencia y un enfoque que priorice a quienes realmente representan un peligro. Advirtieron que detener a personas sin historial delictivo desvía recursos de la lucha contra el crimen real.
Los datos también revelan un cambio en los patrones de detención. Desde que Trump regresó al poder, el ICE ha triplicado el número de detenciones mensuales, pasando de unas 7,800 personas al mes en 2024 a más de 23,500 en mayo de 2025. En contraste, la CBP —que solía detener a la mayoría de los inmigrantes en la frontera bajo Biden— ha disminuido su actividad, lo que también explica por qué los detenidos ahora tienden a tener más tiempo viviendo en EE.UU.
Aunque el gobierno promueve una imagen de mano dura contra criminales peligrosos, los datos muestran que la gran mayoría de los inmigrantes detenidos no son delincuentes graves, lo que genera críticas sobre la justicia y efectividad del enfoque de deportaciones masivas.
ENGLISH
Less than 10% of immigrants detained by ICE since October had severe criminal convictions
(LPL) – President Donald Trump’s administration has intensified immigration raids and promoted a narrative portraying detained immigrants as dangerous criminals, responsible for crimes such as murder, assault, and rape. However, internal documents from U.S. Immigration and Customs Enforcement (ICE), obtained by CNN, reveal that this narrative is misleading. According to the reviewed data, fewer than 10% of immigrants taken into ICE custody since October have been convicted of serious crimes. In contrast, over 75% had only minor offenses, such as traffic violations or immigration-related infractions.
In total, more than 185,000 people have been detained by ICE or by Customs and Border Protection (CBP) during the final months of the Biden administration and the early days of Trump’s new term. While public messaging highlights individuals with violent criminal histories, the majority of those detained do not pose a significant criminal threat. Activists and immigration attorneys report that many detainees are long-term residents or workers with no criminal record, often arrested during routine traffic stops or at scheduled immigration check-ins.
Officials from the Department of Homeland Security (DHS) have defended the actions, claiming that ICE targets “the worst of the worst,” but have avoided specifying the nature of those charges or convictions. Meanwhile, internal records show that nearly 12,700 people were detained this fiscal year with a traffic offense as their most serious violation, and around 40,000 had pending charges, often without clear details.
Organizations such as the ACLU of Southern California and Americans for Immigrant Justice argue that the administration is promoting a distorted and dangerous image of immigrants as threats, which they warn is especially harmful in a country built on immigration. The ACLU’s director in Los Angeles cited cases of individuals with no prior offenses being detained, including a mother who has lived in the U.S. for 26 years and a father of three U.S.-born children whose wife is pregnant.
Even some Republican lawmakers have raised concerns, demanding greater transparency and a more focused approach that prioritizes those who truly pose a threat. They warned that every minute spent detaining someone with a clean record is a minute not spent pursuing actual criminals.
The data also reveal a shift in detention patterns. Since Trump’s return to office, ICE has tripled its monthly detentions—from about 7,800 people per month in 2024 to over 23,500 in May 2025. In contrast, CBP—which under Biden detained the majority of immigrants crossing the border—has reduced its activity. This shift partly explains why more current detainees are long-term residents rather than recent border crossers.
While the administration publicly promotes a crackdown on violent offenders, the data show that the overwhelming majority of detained immigrants are not serious criminals. This has led to widespread criticism about the fairness and effectiveness of the administration’s mass deportation strategy.